RELANZAMIENTO
DEL MRS
UN
POCO DE HISTORIA
La historia del MRS (Movimiento
de recuperación Sindical) se remonta al año 1971.
Se creó a partir de la
necesidad de aglutinar a un gran número de activistas combativos, principalmente
de la fábrica metalúrgica Acindar, ubicada en Villa Constitución, Pcia. de
Santa Fé. Allí, en 1974, luego de una intervención comandada por el Ministerio de Trabajo,
se recuperó el cuerpo de delegados. Ganada la Comisión Interna se aceleraron
las luchas reivindicativas, mediante la aplicación de diversas medidas de
fuerza. Luego de estas primeras victorias, el MRS se fue logrando penetrar en
diversas fábricas, consiguiendo así una gran legitimidad y representatividad.
Obviamente, la burocracia
sindical de la UOM no se quedó de brazos cruzados y empezó una fuerte campaña
de persecución sindical. La respuesta de la Comisión Interna fue la toma de la
fábrica, más de 2500 obreros exigían la anulación de las diversas sanciones
efectuadas sobre los delegados. Mientras que más plantas eran ocupadas por sus
trabajadores, la huelga se extendía a ciudades vecinas y a diversos sectores de la producción como por
ejemplo aceiteros, portuarios, como así también transportitstas, bancarios,
comerciantes y docentes. Piquetes internos frente a posibles embates policiales
mediante, no tardaron en llegar las adhesiones de diferentes organizaciones y
sindicatos de todo el país.
La huelga culminó el 16 de
marzo garantizándose la elección de la Comisión Interna. Posteriormente más de
10.000 trabajadores marcharon desde las diferentes fábricas hacia la plaza
principal.
Este proceso de lucha, que
claramente no estuvo aislado de los históricos “Cordobazo” y “Rosariazo” fue denominado “Villazo”.
Finalmente, en diciembre del
74, la lista marrón, de la cual el MRS era parte, asumió la conducción de la
seccional local de la UOM.
POR
QUÉ AHORA ES CUANDO
Porque evidentemente los llamados a la "paz social" de
Cristina han caido en saco roto, porque los burocratas sindicales no pueden
frenar a sus bases que exigen aumentos que eleven el salario por encima de los
$ 5.000, terminar con la flexibilidad laboral y desplazar a los dirigentes
sindicales traidores corruptos.
En estas acciones se han destacado los docentes de Santa Cruz; quienes
debieron enfrentar a las patotas de la Unión Obreros de la Construcción, cuyo
secretario general quedó expuesto cuando se hizo pública la documentación que
demuestra su actuación de buchón al servicio de la dictadura militar.
La lucha de los tercerizados en el Roca sirvió para mostrar la íntima
vinculación del gobierno con sindicalistas como Pedraza, que a través de
cooperativas truchas tercerizaban servicios. Esta situación los llevó a
protagonizar la represión que luego le costara la vida al compañero Mariano
Ferreyra.
Otro ejemplo de lo avanzado de las luchas obreras es la huelga de los
petroleros del sur para sacarse de encima una conducción corrupta y traidora.
Frente a estos ejemplos ¿De qué sirven los continuos anuncios de
mejoras que en realidad constituyen simples paliativios frente a la angustiante
situación que padecemos? ¿O qué otra cosa es un Plan de trabajo cooperativo por
$ 1.740 mensuales o la Asignación pseudo universal por hijo de $270 con
aumentos incluidos a partir de septiembre de 2011?
Para el gobierno el problema es más
profundo de lo que parece.
Primero, porque los trabajadores se
hartaron de que la inflación se devore sus salarios. Segundo, porque esta ola
de paros y cortes, está montada en un nuevo combativismo sindical que se
refleja en las asambleas de base, los cuerpos de delegados, las comisiones
internas, listas y agrupaciones combativas y sindicatos recuperados.
Y, tercero, porque la burocracia sindical
- con un Zanola y Pedraza encarcelado, mientras Moyano figura poco menos que en
calidad de “buscado” - están en su peor momento histórico, al punto que varios
de ellos temen terminar aplastados como el caso Segovia expulsado por los
petroleros de Santa Cruz.
La batalla de fondo
Más allá de la campaña mediática del
gobierno y de la oposición vergonzante por mantener como eje sus disputas
electorales, mientras entre ellos no existe ninguna discrepancia seria; la
batalla de fondo - de aquí a octubre y también luego - se seguirá librando
entre un régimen soja dependiente expresado hoy por el kirchnerismo, y la clase
obrera y el pueblo que se hartaron de ser los convidados de piedra, en medio de
esta fiesta por parte de los monopolios, multinacionales y banqueros, que el
designado candidato a Vice, Amado Boudou está llamado a fiscalizar.
Podrá CFK seguir corriendo con una
deshilachada ventaja en esta disputa electoral, aprovechando la abultada Caja
“K” que maneja a su antojo, frente a un parlamento títere y una justicia
cómplice.
Podrá también seguir usufructuando por
ahora de los altos precios de los granos, para repartir obras entre sus
gobernadores amigos y gastar sumas inmensas en propaganda, aceitar a su propia
tropa y coimear a algunos contrincantes.
Pero lo que no podrá hacer es esconder esa
Argentina que se viene. En la que se entrecruzan, por un lado, una deuda
externa e interna que cuanto más se paga más se adeuda, el aumento de los
subsidios a las privatizadas y el trasporte, una crisis energética que no tiene
precedente y la eterna fuga de capitales, cuestiones que explican las razones
de esta imparable escaldada inflacionaria que afecta a los que menos tienen; al
tiempo que crece la pobreza y la indigencia, mientras por otro lado, se
agiganta la combatividad de una clase trabajadora y un pueblo que no aceptan
los ajustes que pretende descargar sobre sus hombros, un régimen capitalista
dependiente que agoniza.
De esa combatividad es ejemplo la lucha de
los docentes de Santa Cruz, que con casi dos meses de paros, cortes de rutas y
movilizaciones, incluso en la propia Buenos Aires, donde pusieron el conflicto
en la vidriera nacional del poder político del gobierno K.
Este estado de indignación y protesta de
los trabajadores, viene creciendo a medida que se profundiza el ajuste a los
bolsillos de los trabajadores y sus familias y la represión estatal o patotera,
que siempre acompaña a la superexplotación.
PERSPECTIVA
Y PROGRAMA
Por salario mínimo de 5.500
Por esas razones llamamos a incentivar las luchas por
un básico de $5.500 y trabajo para todos, ponerle fin al trabajo en negro, las
tercerizaciones y las condiciones laborales esclavistas, lograr el 82 % móvil
para los jubilados y un aumento sustancial de los presupuestos de salud,
educación y vivienda, así como entregar las tierras a los pueblos originarios y
los que deseen trabajarla, y - por sobre todas las cosas - enfrentar toda
maniobra represiva de la policía, la gendarmería o las patotas de los aliados
del gobierno. Para eso es necesario e imprescindible unidad para la lucha. Luchas
hay a montones todos los días a lo largo y lo ancho de todo el país, lo que
hace falta para ganar es que se coordinen entre sí para potenciar su fuerza,
para golpear como un solo puño y quebrarle el espinazo al plan de ajuste de las
patronales y el gobierno.
Por esa misma razón somos duramente críticos frente a
aquellos que ponen por delante sus propuestas electoralistas, subestimando el
presente y la perspectiva inmediata de lucha por derrotar los planes de ajuste
de hoy y mayores aún para después de octubre, y desviando al movimiento obrero
y popular por un camino estéril como es la quimera de favorecer las luchas
metiendo un diputado de izquierda en ese congreso deslegitimado
desde hace décadas por la rebeldía popular. Entendemos que la salida no está en
sumarse a este circo electoralero que le quita fuerza material a las luchas en
las calles y le hace el juego al gobierno.
Hacia la unidad y coordinación del
combativismo, la izquierda y los que luchan
El movimiento obrero y popular ha tomado
el camino de la intervención directa, mientras la gran burguesía en el poder se
esfuerza por reconstruir su régimen político hecho pedazos con la complicidad
de las fuerzas que acompañan este proceso.
Para apuntalar esa corriente rebelde y
combativa de la clase trabajadora y el pueblo, en dirección a un nuevo y mejor
20 de diciembre de 2001, apostamos con fuerza al voto bronca – el que se
expresa hoy en las luchas de los trabajadores-, cuyo mejor ejemplo fue la gran
lucha de Santa Cruz.
Lejos de dividir por cuestiones
electorales al campo popular, buscamos unir al combativismo, la izquierda y los
que luchan, para poner en pie esa nueva central que el movimiento obrero
necesita, así como en su momento se constituyó la Asamblea Nacional de
Trabajadores (A.N.T.) durante y después del 2001.
Y, mientras otros se resistan a hacerlo,
buscaremos que la misma surja desde abajo en las asambleas de base, cuerpos de
delegados, internas, listas y sindicatos combativos, reuniones de activistas de
distintos gremios, etc., hasta que podamos levantarla como una alternativa
nacional concreta. Comencemos lugar por lugar, de poco a mucho, en cada
conflicto tejamos las coordinadoras de lucha con nuestros hermanos de los
distintos gremios que tenemos al lado.
Como rebelión popular va a haber, al
margen de la voluntad del gobierno y del reformismo electoralero, necesitamos
encarar la Argentina que viene con unidad, organización y fuerza para resolver
esta situación, rebelión mediante, en favor de los trabajadores y el pueblo.
SUMATE AL MRS!
Caba.mrs@gmail.com
Septiembre 2011