INVIERNO CALIENTE EN EL GRAN BS. AS.
Llegamos a julio, y aquello que veíamos venir a principio de año cuando ocurría la devaluación y el aumento de precios llegó. El ajuste que tanto niega el gobierno está recayendo sobre los trabajadores y de forma cada vez más acelerada. Todas las semanas estamos frente a conflictos por despidos y suspensiones. Aquello que comenzó a tomar mayor relevancia mediática con la lucha de Gestamp se está instalando en los distintos polos industriales del país.
El gobierno, lejos de innovar, sigue el mismo camino en cada caso, siempre del lado de la patronal, por si alguna duda queda, militariza las fábricas y actúa en función de dejar hacer a las empresas lo que quieren con los trabajadores, que al fin y al cabo somos los que siempre pagamos los platos rotos. Prueba de esto, fue la conciliación obligatoria que se le dictó a Gestamp el sábado 31 de mayo. Una conciliación que nunca llegó a hacerse efectiva gracias a la alianza del gobierno de Scioli, el nacional, el sindicato y la empresa. Así se fueron turnando uno por uno para criminalizar y denigrar a los trabajadores que venían peleando contra 69 suspensiones, que se convirtieron en despidos.
A este conflicto le sucedió el de Paty, que durante el día del padre y mientras jugaba la selección argentina, la patronal montó unos 150 efectivos de seguridad privada para custodiar el edificio con la orden de no dejar entrar a nadie. Al tomar conocimiento los trabajadores se autoconvocaron en una rápida asamblea y resolvieron ocupar la fábrica. Lear, por su parte, viene peleando contra 100 despidos y 100 suspensiones, con acampe y distintas medidas de lucha que vienen contemplando los cortes en Panamericana, con apoyo en Puente Pueyrredón y Capital. Los mismos fueron duramente reprimidos por el gobierno y su fiel Berni, como ocurrió también en EMFER Y TATSA, en donde se viene peleando desde el año pasado contra la persecusión sindical y ahora se suman suspensiones. El caradura de Cirigliano dice no tener dinero y por eso vaciar la fábrica y no pagar los salarios correspondientes.
Párrafo aparte merece la burocracia sindical, que en esta época de suspensiones y despidos ha dado un nuevo salto en su descomposición, ya no solamente no apoya las luchas en curso, sino que las boicotea y amenaza a los trabajadores en forma pública, como fue el caso del Smata que en pleno conflicto de Gestamp sacó una solicitada que recuerda a los años oscuros de la Argentina, o cuando el propio Pignarelli amenazó con llevar a miles de mecánicos a apalear a los trabajadores que defendían sus fuentes de trabajo.
A este estado de situación se suma el conflicto con los docentes provinciales que, luego de pactar una paritaria insuficiente, amenazan con no comenzar las clases post vacaciones de invierno.
Pero este ajuste no viene solo, viene acompañado de la resistencia de los trabajadores y su decisión de confrontar con las fuerzas armadas en pos de la defensa de su fuente laboral.
Desde el Movimiento de Recuperación Sindical entendemos que estas luchas deben unirse y coordinarse, ya que independientemente de las particularidades de cada sector tienen el mismo denominador común, la lucha contra el ajuste, los despidos y las suspensiones. En ese sentido entendemos que el Encuentro Sindical Combativo es una buena instancia hacia el camino de la unidad de la izquierda, el combativismo y los que luchan, de ahí que apostamos a su realización y participamos de él activamente. Aun así queda mucho por avanzar, no debemos desconocer ciertos límites que se vienen cristalizando, como el hecho de que las resoluciones votadas en el nacional y en los regionales sólo se refrendaron actividades convocadas por otros espacios (como el EMVJ y el Comité por la Absolución de los petroleros de Las Heras). Se hace necesario construir un polo de coordinación que esté a la altura de la situación y salga a marcar la cancha.
Vamos por una jornada nacional de lucha con piquetes que imponga el paro de 36 hs. a la burocracia sindical y allane el camino para salir victoriosos de las luchas en gesta y las que vendrán.
